
Michael Robinson nos ha dejado el 28 de abril, claramente uno de los principales compañeros de viaje en mis 30 años siguiendo una de mis grandes pasiones, el fútbol
Michael Robinson forma parte de ese grupo de personas que te marcan en la vida. Aquellos que siempre crees que estarán ahí, personajes eternos que trascienden mucho más allá del deporte que practican y que no contemplas o planteas un mundo sin ellos. En mi caso, esa sensación la he tenido con pocas personas, pero sin embargo la vida me ha ido recordando que la hora de despedirnos les llega a todos. Johan Cruyff, Andrés Montes o más recientemente, Kobe Bryant, son ejemplos de personas famosas que han sido importantes para mi por diferentes motivos y que cuando se van, te queda esa sensación de vacío de que el mundo no será igual sin ellos. Con Michael Robinson no podía ser diferente.

Ya hacía tiempo que anunció su enfermedad y las pocas posibilidades que tenía de poder salir adelante. Pero en un ejercicio de intentar negar la realidad, muchos nos cogíamos a esas pocas posibilidades para pensar que sí que podría salir. Pero las noticias en las últimas semanas hacían ver que la cosa se complicara y el 28 de abril se confirmó la noticia. Yo me encontraba teletrabajando en plena pandemia, recibí la información mediante la radio y se fueron repitiendo los ratitos de llorar, según que testimonios escuchaba y que pensamientos me venían a la cabeza. Después de ir escuchando diferentes reflexiones de compañeros de Michael y tras recordar diferentes episodios, entendí aún mas esas lágrimas y es que Michael Robinson define claramente el fútbol que conozco.
Esos partidos del plus, con su conexión inicial y la canción de la banda sonora de Desafío total, que todo el mundo conoce como la canción del plus. Su acento tan poco depurado, pero un vocabulario y frases hechas que te dejaban descolocado. Todas las horas echadas al PC Futbol, que no son pocas, al 5.0 al principio, el 6.0 sobre todo y los siguientes, año tras año. Además, todos sabemos que para asegurarte victorias se tenían que jugar los partidos, aunque fuese bajando los gráficos y se clavara de vez en cuando. Eso sí, siempre acompañado con los comentarios y frases repetitivas del bueno de Michael, por supuesto.
Dejando el PC fútbol a mi infancia y sus comentarios en los partidos del plus como banda sonora de todo lo que envuelve el fútbol en mis 32 años de vida, hay muchas facetas de Michael que también me han marcado. El día después, que como ya comenté en el post: “El día después”, la esencia del fútbol hecho programa, es un programa que sabe destilar muy bien todos los detalles que envuelven el mundo del fútbol y explicar historias alejadas de los focos mediáticos. Una obra maestra la sección de “lo que el ojo no ve”.
Luego también me gustaría destacar Informe Robinson. Aunque es una obviedad que son unos documentales o reportajes excelentes, los premios recibidos lo demuestran, siempre he sido un aficionado acérrimo de las historias contadas, he revisado más de una vez muchos de ellos, llegando a saberme de memoria frases enteras. Os dejo aquí una lista de reproducción con alguna selección:
Donde ya no lo seguí tanto, debido a una gran saturación de programas de radio y podcasts varios, fue en Acento Robinson, pero aprovecharé para ir escuchándolos ahora. Y el último proyecto que sí seguí, pero que no me acabó de convencer por parecerme muy artificial, fue Caos F.C. con Raúl Ruiz, me daba la sensación de estar todo demasiado guionizado.
Pero bueno y para que quede de despedida en este post, me gustaría destacar la personalidad de Michael Robinson y todo lo que aportaba a cualquier proyecto del que formara parte. Ese acento inglés, con esas expresiones que ni yo hacía servir, un sentido de humor más que necesario y siempre ese punto de vista sensato y basado en sus vivencias, que hacía que muchos cules lo criticaran por ser merengue y al revés. Espero muchos más Michael Robinson en el periodismo deportivo y en la vida, seguro que con más Michael Robinson, todo nos iría mucho mejor.