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2020, pandemia aparte, ha tenido de todo. Nos ha tocado adaptar nuestra vida a todos los cambios y restricciones, pero no nos podemos parar, así que hoy destacaremos todo lo positivo que me ha dejado este 2020 en lo personal.
2020 sin duda no será un año más, pero lejos de destacar todo lo negativo que ha ocurrido y que tenemos todos presente, me gustaría hacer una reflexión de este año en lo personal y cómo se han podido conseguir objetivos que se llevaban buscando desde hace un tiempo.
Ante todo, pedir disculpas, llevo más de tres meses sin publicar aquí y desde abril he estado muy irregular en las publicaciones. Aunque Pello’s World no me lo tomo como una obligación, si que no me gusta fallar con el compromiso adquirido en anteriores posts y por eso me gustaría disculparme y daros unas pocas explicaciones al respecto.
Ha sido un año ajetreado, llevo teletrabajando y haciendo muchas horas desde marzo, además de la publicación de mi libro: Ozaru, en busca de la libertad. Es curioso que, pese a tener más tiempo para mi debido a las pocas opciones que nos han ido dejando las restricciones, no tenía la motivación o energía para ponerme a escribir. Quizás por la situación de encontrarme publicando mi primer libro y no poder hacer una simple presentación, por no hablar de todas las acciones del plan de comunicación que preparé para mi TFG sobre el libro. Pero 2020 ha sido mucho más que eso y por ello me gustaría repasar lo más destacado a nivel personal.
Como ya os he comentado, en enero presenté mi Trabajo final de grado y con ello me gradué en Márquetin e investigación de mercados tras año estudiando a distancia y compaginando con mi trabajo. Si bien es cierto que sigo trabajando de lo mismo, todo el conocimiento adquirido me abre muchas puertas que poco a poco espero que se vayan abriendo. Sin duda el final de un camino ajetreado, con idas y venidas, cierta saturación y con un pequeño parón entre medio para coger fuerzas, pero completado.
Otro punto destacable de este año ha sido la llegada de la bicicleta de carretera a mi vida. En pleno confinamiento y cuando a penas nos podíamos mover de nuestro pueblo, decidí comprarme una bicicleta de carretera. Como ya sabréis, en 2019 hice la transición del fútbol a la bicicleta, con una bicicleta de montaña con la que me entró el gusanillo y en la que poco a poco fui aumentando los quilómetros y las horas que hacía en cada salida. Entonces, en pleno confinamiento decidí comprarme “la flaca” de segunda mano que me ha abierto un nuevo mundo.
He podido hacer muchos más quilómetros, me siento mucho más seguro en la carretera de lo que podía pensar, he disfrutado de lugares como los Alpes donde me lo pasé en grande y me ha despertado un poquito más esa vena competitiva de querer ir a más. Obviamente con mucho respeto y cuidado en la carretera, intentado alejarme al máximo de los imbéciles que nos encontramos circulando, pero gozando como un niño.
Un aspecto clave de este año y del que ya he hablado mucho aquí, es el lanzamiento de mi primer libro: Ozaru en busca de la libertad. Ya he comentado que me quedé algo desilusionado por no hacer todo lo que me hubiera gustado, espero poder abrir el melón este año, pero eso no quita que me ha dado muchas más alegrías que penas. He aprendido un montón del proceso que era desconocido para mí, he currado un montón colaborando con profesionales del sector, he recibido mucho cariño de los mecenas y lectores que han ido recibiendo los ejemplares, además de hacer realidad un sueño que veía imposible hace un par de años.
Para acabar la reflexión y pese a que pueda parecer contradictorio, 2020 ha sido un año muy productivo en cuanto a crecimiento personal se refiere. Obviamente por todo lo descrito anteriormente en este post, pero también por otros aspectos personales que han ido a mejor este 2020.
Un topicazo pero una realidad fragante, es que he valorado mucho más todo lo que tengo. Con todo lo que ha caído, mis condiciones generales de vida no se han visto afectadas, en parte por sacrificios de años pasados que hasta hace poco no había valorado y de hecho había llegado a menospreciar. Con mi pareja y tras todo lo acontecido, nuestros proyectos siguen su camino, algo de agradecer viendo cómo está todo y que ayudan a encarar el nuevo año que viene. Para acabar, también quiero comentar que he mejorado mi capacidad de ahorro, cosa que siempre me ha costado y he podido corregir este año.
Y hasta aquí mi pequeño balance personal de este 2020, que sirve de bienvenida tanto a este nuevo año como a la vuelta a escribir a Pello’s World, de manera semanal y volviendo hablar de lo que me gusta, de entretenimiento, de videojuegos, de viajes y de alguna reflexión que me venga. No soy mucho de reiniciar tras un año o pensar que despidiendo el 2020 se irán todos esos problemas que puedan existir, pero si que el hecho de hacer balance y ver que siempre hay algo bueno que sacar, ayuda a encarar con más fuerzas lo que esté por venir.
Muy gráfica la reflexión final, y muy real. Enhorabuena por eso y por lo que ha de venir