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Viajar con perro condiciona el viaje, sobre todo si los destinos no son muy amigos de los perros, pero no por ello debemos renunciar a disfrutar
Viajar con perro es algo que hemos añadido a nuestra rutina en cada viaje desde hace como un año y medio. Como ya contaba en el post: La vuelta al ruedo llena de novedades en Pello’s World, Woody se ha convertido en un nuevo miembro de la familia que nos acompaña a todos lados. Obviamente que viajar cambia, como muchos otros aspectos del día a día, pero no por ello tiene que impedirnos disfrutar de nuestros viajes y de eso hablaremos en el post de hoy.
Primero de todo debe haber un trabajo de adaptación, ya que haremos cosas con nuestros perros que implicarán cambios en su día a día, por lo que se debe trabajar en ello. En nuestro caso, acostumbramos a hacer muchos viajes en coche por lo que nos tocó ir acostumbrando a Woody a viajar en coche, ya que solía vomitar a la mínima que hacíamos un par de curvas. Con el tiempo y mucha precaución a la hora de proteger el coche de los vómitos, conseguimos que viajara tranquilo y se acostumbrara al coche, hasta el punto de poder irnos este verano a hacer un viaje de 10 días en camper por la Selva Negra mientras él descansaba plácidamente en cada trayecto.
Eso sí, no siempre sirve una simple adaptación, hay situaciones en las que también se tendría que tener cierta empatía. Hay planes que hemos comprobado que a nuestro perro no le acaban de gustar, como grandes aglomeraciones o ir a la playa. Si bien es cierto que podemos trabajar con algún educador, que lo tenemos en mente de cara a un futuro cercano, creo que no debe prevalecer nuestro plan a exponer a nuestro amigo a alguna situación en la que se sienta incómodo. Es por ello que preferíamos dejarlo tranquilo en casa después de un buen paseo e ir tranquilamente a donde queramos ir, pero ya sin Woody.
Es por ello que considero que viajar con perro no te debe privar de nada, simplemente se tienen que buscar destinos donde se pueda hacer todo juntos, ya habrá tiempo para los planes que no le gustan a él. Nosotros, en este año y medio, hemos podido viajar con perro a un montón de lugares como al País Vasco, la Selva Negra, la Costa Brava, el pirineo tanto catalán, como español y francés, a Siurana,… y hemos disfrutado muchísimo de viajar juntos.
Algunos productos que nos han servido bastante es la correa larga para lugares donde no se podía soltar o la funda para los asientos traseros, para no llenar el coche de pelos.
Si que es cierto que hay algunos destinos donde se hace imposible o muy complicado viajar con perro, como en nuestro caso el cruzar el charco hasta Argentina. No seríamos capaces de meterlo en un avión, menos durante tantas horas, pero es que además luego sería complicado la logística de viajar por otro país con Woody. Para estos casos, es muy buena opción un buen hotel canino cerca de vuestro domicilio y con opción de hacer un periodo de adaptación del perro al lugar. En nuestro caso, descubrimos La Canina mientras paseábamos un día por la montaña. Un lugar en un entorno idílico, con un montón de servicios a parte del hotel canino, del que un día os hablaré en más profundidad.
Así que lo único que quería destacar en este post es que es muy posible viajar con perro y disfrutar todos juntos. Simplemente se tiene que tener en cuenta que ahora somos uno más, con sus casuísticas que se deben valorar y no menospreciarlas. Informarse de los lugares que se van a visitar antes de ir también puede ayudar a no llevarse sorpresas y poder estar más tranquilos, pero como todo en la vida, siempre se debe estar abierto y ágil a cualquier cambio.
Por lo tanto, si estas pensando en tener un perro, pero te tira hacia atrás el hecho de viajar, simplemente informar de las cosas con las que nos encontramos en este año y pico, que no es ni mejor ni peor, pero si diferente. Y sobre todo, pensad en los perros y quitaros el egocentrismo de encima.
